"Para la mayoría de la gente, el interior no existe; sólo consideran que existe el afuera; y en realidad es exactamente al revés: sólo lo de adentro es real, el afuera no es más que un sueño" Osho
No es porque el cuerpo no deba cuidarse, pertenece a la realidad de la tercera dimensión en la que nos movemos, lo necesitamos en perfectas condiciones, pero dentro alberga al ser indestructible que somos. Y a veces estamos demasiado identificados con lo de afuera. Al poner en orden nuestro mundo interior, obtenemos una paz mayor. Ni la riqueza ni la pobreza generan paz. Nada de lo que está fuera de nosotros puede traernos la paz. El camino de la paz comienza con la auto-aceptación. Cuando nos aceptamos a nosotros mismos es cuando estamos capacitados para aceptar a los otros. Cuando experimentamos sucesos desagradables o felices, podemos comprender los sentimientos ajenos. Si no nos amamos a nosotros mismos no podremos amar a nadie. De ahí surgen los conflictos entre padres e hijos, entre hermanos, etc. Hay que aprender a amar-se. Actualmente se vive padeciendo tremendas oscilaciones emocionales, porque dentro de sí mismo exite una sensación de insuficiencia, de vacío que conduce a buscar la aprobación de los demás porque en el interior nada nos revela "quienes somos", hay ausencia de conocimiento, vacío de luz. Hace falta que "el otro" te diga si eres capaz, si eres valioso o "querible" entre otras cosas, porque tú te has ocupado de la apariencia mas no de la verdad del ser.
El camino de la paz comienza con la auto-aceptación, descubriendo tú mismo lo que vales y -de acuerdo a ello- lo que eres capaz de sentir por los demás. No valemos por lo que tenemos sino por lo que somos capaces de dar. Eso es lo único que podemos llevarnos al final del camino (lo que dimos).
Mira en tu interior y comienza a trabajar para sentirte bien contigo mismo.
Cuando estamos en paz con nosotros mismos no somos vulnerables a los ataques de los demás, conservamos la calma, respondemos con sabiduría y compasión.
Con independencia de lo que tú creas, tienes una chispa divina dentro tuyo y de ti depende hacerla brillar hasta que supere tu estatura formando un aura magnética que acerque a tu vida aquello que posee tu misma vibración, para que puedas interactuar desde el mismo nivel de espiritualidad, de belleza interior y hacer que la misma se refleje exteriormente.
Revista "Yoga" 2008
No es porque el cuerpo no deba cuidarse, pertenece a la realidad de la tercera dimensión en la que nos movemos, lo necesitamos en perfectas condiciones, pero dentro alberga al ser indestructible que somos. Y a veces estamos demasiado identificados con lo de afuera. Al poner en orden nuestro mundo interior, obtenemos una paz mayor. Ni la riqueza ni la pobreza generan paz. Nada de lo que está fuera de nosotros puede traernos la paz. El camino de la paz comienza con la auto-aceptación. Cuando nos aceptamos a nosotros mismos es cuando estamos capacitados para aceptar a los otros. Cuando experimentamos sucesos desagradables o felices, podemos comprender los sentimientos ajenos. Si no nos amamos a nosotros mismos no podremos amar a nadie. De ahí surgen los conflictos entre padres e hijos, entre hermanos, etc. Hay que aprender a amar-se. Actualmente se vive padeciendo tremendas oscilaciones emocionales, porque dentro de sí mismo exite una sensación de insuficiencia, de vacío que conduce a buscar la aprobación de los demás porque en el interior nada nos revela "quienes somos", hay ausencia de conocimiento, vacío de luz. Hace falta que "el otro" te diga si eres capaz, si eres valioso o "querible" entre otras cosas, porque tú te has ocupado de la apariencia mas no de la verdad del ser.
El camino de la paz comienza con la auto-aceptación, descubriendo tú mismo lo que vales y -de acuerdo a ello- lo que eres capaz de sentir por los demás. No valemos por lo que tenemos sino por lo que somos capaces de dar. Eso es lo único que podemos llevarnos al final del camino (lo que dimos).
Mira en tu interior y comienza a trabajar para sentirte bien contigo mismo.
Cuando estamos en paz con nosotros mismos no somos vulnerables a los ataques de los demás, conservamos la calma, respondemos con sabiduría y compasión.
Con independencia de lo que tú creas, tienes una chispa divina dentro tuyo y de ti depende hacerla brillar hasta que supere tu estatura formando un aura magnética que acerque a tu vida aquello que posee tu misma vibración, para que puedas interactuar desde el mismo nivel de espiritualidad, de belleza interior y hacer que la misma se refleje exteriormente.
Revista "Yoga" 2008
